domingo, 14 de febrero de 2010

Fic Llegando a ti/Yullen/Capítulo 14.

-¿Por dónde está tu casa?- preguntó Allen.

-Faltan dos calles más para llegar- contestó Kanda, viendo como ya llegaban a la casa del moyashi.-Aquí nos separamos, nos vemos mañana.

*Allen´s POV*

¿Dos calles más? Mi mente pareció colapsarse durante un momento, recordando lo ocurrido en la feria. No quería que se marchase solo, a pesar de que Kanda podría defenderse muy bien sin ayuda, pero eso no me importaba, podrían dispararle como aquella vez. También recordé lo ocurrido en la biblioteca, la conversación que tuvimos allí…
Kanda no quería ayuda de nadie, pero hasta él mismo había quedado que a partir de ahora los dos lo haríamos…y tendría que aplicarlo desde ya, ¿no?

-Es…es me-mejor que no vayas solo

Sí, el tartamudeo no sé de quién lo heredé. Kanda me miró con cara de: ¿Eres gilipollas?

-Moyashi, tú lo que estás es traumado

-¡No es eso!- negué.

-Y en tal caso que te dejase ir conmigo..¿luego irías tú solo a tu casa?

No había pensado en eso .___.

-Pues….

-¿Ves?

-¡Pero yo sé cuidarme!

-Moyashi, hasta una brisa puede levantarte ¬¬ - se mofó Kanda.

-Eso es mentira

-El caso es, que si tú dices que puedes cuidarte solo, yo también, así que no necesito que me acompañes

No dije nada, simplemente bajé la vista. No sé porqué me preocupo por él. Ignoraba si me estaba mirando o no, pero ahora mismo no me importaba lo que estuviese haciendo, tenía ganas de llegar a mi casa y no pensar en nada ni en nadie. Alcé la vista un momento para ver que ya estaba llegando.

-Ya nos veremos mañana- murmuré adelantando camino.

-Moyashi

¿Y ahora qué?

-¿Qué quieres Bakan…?

Mientras había abierto la boca, Kanda aprovechó la oportunidad para meterme un papel en la boca. Tosí, esperando no atragantarme con él, y lo saqué. Había apuntado un número.

-¿Y esto?

-El número de mi casa- contestó.-Si quieres, puedes llamarme cuando llegue, así sabrás que estoy bien.

-¡E-espera!- le detuve antes de que se fuera.-Aquí…tienes el mío…por si ¡por si acaso!

Me sentía avergonzado…y por otra parte feliz. Kanda solo asintió. Me acerqué hasta la puerta de mi casa, intentando buscar la llaves en mi mochila, ya que él estaba esperando a que entrase en mi casa ¿por qué lo hace? Cuando las encontré, se me resbalaron de las manos, y pude escuchar un suspiro por parte de él. Luego las cogí con rapidez, las metí en la puerta y abrí. Antes de cerrarla, le miré, despidiéndome con una sonrisa y cerrar la puerta. Apoyé mi espalda contra ella, deslizándome hasta el suelo. Respiré profundamente, y mi sonrisa de antes no se había esfumado…¿qué me estaba pasando?

-Hééé…te pishé

Mis ojos se abrieron como platos, ahí estaba Saki mirándome con una cara BASTANTE peligrosa.

-No sé a qué te refieres- contesté, intentando persuadir el tema.

-Claro y yo soy el Papa Benedicto ¿no?- Saki se acercó a mí.-Tú te crees que me chupo EL DEDITO ¿no?

-¡No-no!- otra vez mis tartamudeos.-¡Pero no ha pasado nada!

-¿!NADA!?- Saki abrió los ojos como platos.-¿Ni beso, ni violación, ni nada de NADA?

-¡¿Pero tú quién te crees que soy?!

-Un hermano que está como un tren y que mi compañero de clase tiene ganas de tirárselo ¿por?

¡¿QUÉ KANDA TENÍA GANAS DE QUÉ?!

-JAJAJAJAJAJAJ- se rió mi hermana.-¡Te has sonrojado!

-¡Acabo de venir caminando desde el instituto!- dije.

-Vivimos al lado de él, Allenzote mío ~

-¿Qué ocurre aquí?- preguntó mi madre apareciendo de la cocina.

-Nada mamá, Allen y yo estábamos hablando de MUJER - A - MUJER *O*

-¡QUE SOY UN HOMBRE!

-ESO NO TE LO CREES NI TÚ

-Saki ¿te dejo sin cena? ¬¬

-Que sí Allen, que tú eres un masho ibérico de pura cepa- dijo Saki dándome un golpe en la espalda, el cual me dolió.-¡Me voy a mi cuarto!

Y se fue a una velocidad sobrehumana.

-Gracias mamá- le agradecí.

-No hay de qué cariño ¿tienes hambre?

-Pues…un poco

-Ya estará la cena

Subí las escaleras y me metí en mi habitación.

*Fin Allen´s POV*

En el garaje, Rena paró la música, notablemente cansada de tanto practicar.

-Como no saquemos un notable, juro que me ofrezco sirvienta del profe de gimnasia para conseguirlo- susurró, sentándose.

-Si en el fondo a ti te gustaría- le insinuó Sora.- Fuuma-sensei tiene un físico deseable.

-¿!Solo DESEABLE!?

-Bueno, yo me voy a mi casa- dijo Syaoran.

-Adióóós ~ - se despidió Sora.

-Nee Sakura, acompáñale a la puerta- le pidió Rena- Aún tengo dolores de la caída de antes.

-Faleeee ~

Subieron las escaleras, y Sakura le abrió la puerta.

-Que tengas pesadillas esta noche

-¿Y por qué pesadillas? ¬¬ - preguntó Syaoran.

-Oye, ya es un privilegio que te diga eso- aseguró Sakura.

-Entonces, también es un privilegio que yo haga esto

Por un momento, Sakura pensó que intentaría lo que no logró hacer cuando estaban solos, sin embargo no ocurrió eso. Los labios de Syaoran se posaron en su mejilla, con dulzura, y después de separarse, se despidió con una hermosa sonrisa.

-Nos vemos mañana

Cerró la puerta, mirando a un punto fijo. Después de quince minutos recién contados, algo en su interior, explotó.

-¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- gritó a todo pulmón.

-¿!Sakura qué pasa!?- preguntó su madre preocupada.

-¡MAMI TE QUIERO! ;O;

La abrazó y luego fue corriendo hasta el teléfono. Road tenía que enterarse YA.

-Quizás debería llevarla al médico- susurró la señora Walker, cuestionándose los cambios de humor de sus hijas.

*En casa de Kanda*

Nada más entrar, dejó su mochila y chaqueta colgando. Aún tenía que hacer aquel trabajo, pero decidió en hacerlo más tarde, ya que todavía tenía tiempo. Pasó por el salón de su amplia y solitaria casa, y se acomodó en el sofá. Al ver el teléfono a su alcance, se acordó del moyashi. ¿En realidad quería llamarlo? Le dio su número para que no se preocupase, y tenía pensado en que el peliblanco le llamase, no tener que hacerlo ÉL. Pero claro, el moyashi le había dado su número…
Pasó una de sus manos por su cabellera oscura, llegando a su coleta, desatándosela por completo, para luego mirar de nuevo el teléfono.

-Demonios…no es tan complicado- no le quitó la vista al teléfono.-Joder…puto teléfono ¬¬

Estaba delirando, ahora peleaba con los teléfonos. Suspiró. TODO lo relacionado con aquel mocoso le trastornaba y eso no era bueno. Nadie se había metido en su vida como lo estaba haciendo el moyashi y era consciente de que aquello iba a seguir a más. Desvió su vista del teléfono…pero se giró de nuevo para mirarlo.

-¡JODER!- lo cogió, y empezó a sonar la línea, esperando a que se marcase un número.

Lo colgó. Se levantó para hacer el trabajo de Historia, pero paró su caminar. Volvió al salón y se sentó de nuevo en el sofá, al lado del teléfono. Lo cogió de nuevo, y esta vez, marcó el número, y empezó a sonar.

-Piii….Pii….Pii….Piii…

-¿Por qué DEMONIOS no lo coge?- se preguntó Kanda en voz alta.

-El número al que usted está llamando, se encuentra ocupado, por favor, inténtelo de nuevo

-¡Y UNA MIERDA!- gritó, colgando.

Masajeó sus sienes.

-Kanda…tranquilízate- susurró para sí mismo.-Solo tienes que coger el PUTO teléfono y hacer una PUTA llamada a la PUTA casa del jodido moyashi…no es tan difícil.

Miró de nuevo el teléfono. Vaya que sí lo era…

-Le voy a pagar esto con creces ¬¬

Lo cogió por tercera vez, y marcó el número.

-Pii….Pii….Pii….

-Cógelo ¬¬

-¿Diga?

Era una voz de chica.

-¿Quién es?- preguntó Kanda.

-¿Quién eres tú?- preguntó Sakura.

-No, dime quién eres tú ¬¬ - dijo Kanda.

-Ey tío, que has llamado tú a MI casa ¬¬

-Dime quién eres ¬¬

-Te puedo colgar perfectamente ¬¬ - amenazó la chica.

-JODER, no soy un puto violador

-QUE ME DIGAS QUIEN ERES GILIPOLLAS

-MIRA MOCOSA, COMO NO ME DIGAS QUIEN ERES JURO QUE TE BUSCARÉ EN EL INFIERNO- le gritó Kanda.

-¿Sakura, con quién hablas?- preguntó una voz al lado de la chica.

-¡Allen, es un hombre que no me quiere decir quién es! T__T

-¿Eres la hermana del moyashi?

-¡¿ERES TÚ TRANSEXUAL?!- soltó Sakura.-¡¿ALLEN POR QUÉ TE LLAMA EL TRANSEXUAL?!

-¿!Es Kanda!?- dijo la voz del muchacho.-¡Dame el teléfono!

-¡NO, SINO ME DICES PORQUÉ COÑIE TE LLAMA!

-¡VOTO A QUE LA PELEA LA GANA SAKURA!- gritó otra voz femenina.

-¡SAKI, EL TRANSEXUAL HA LLAMADO A ALLEN!

-¿!QUÉÉÉÉÉÉ!?- se oyeron pasos corriendo.-¡PÁSAMELO!

-¡No, dadme el teléfono!- se quejó Allen, desesperado.

-¿!Qué pasa aquí!?- otra voz femenina, pero esta vez, más adulta.-¡SAKI, SAKURA, COMO NO VAYÁIS ECHANDO LECHES, JURO QUE OS DEJO SIN COMER!

Silencio. Escuchó pasos subiendo las escaleras corriendo.

-¿Kanda?

-Moyashi, tienes una casa de locos ¬¬

-Lo siento, de verdad, pensé que mi hermana seguía hablando con su amiga- se disculpó Allen.

-Psché…- no sabía qué decir. Estaba nervioso.- Bueno, solo era para decirte que ya estoy en mi casa, así ya no me das la vara.

-Me alegro, muchas gracias por preocuparte ^^

-Eso debería decirlo yo ¬¬

-Lo siento .__.

-Joder ¡no te disculpes por todo!

-¿Has acabado ya el trabajo?

-No, primero decidí en llamarte para que no te crearas tus paranoias- contestó Kanda.

-Lo sie…

-Ni se te ocurra ¬¬

-Vale vale .___.

-No te olvides que mañana hay que llevar comida para después quedarnos por la tarde- le recordó.- Nos toca los libros, eso es más duro.

El moyashi suspiró.

-Ya veré lo que hago

-¿Por qué dices eso?

-No quiero que mi madre se tenga que levantar a las 6 de la mañana- susurró Allen, muy bajito para que su madre no escuchase nada.

-Eres tonto moyashi ¬¬

-Es Allen, Bakanda ¬¬

-Bueno, entonces hasta mañana- se despidió el peliazul.

-Kanda…

-¿Qué quieres?

-Buenas..buenas noches

Silencio.

-Igualmente- contestó Kanda.

Cuando colgó, colocó el teléfono debajo de la mesa.

-Hasta su voz por teléfono suena igual de suave que el de una chica..¬¬ - murmuró, antes de dirigirse a su habitación.

*A la mañana siguiente*

-¡LAVI!- gritó Saki, emocionada.-¿Qué tal ayer, conseguiste hacer el trabajo?

-Sí- contestó Lavi.-Gracias por decirme dónde estaba.

-Neee ¿y viste a mi Shami?

-Sí…bueno…esto….

Saki se extrañó por la actitud de Lavi.

-¿Ocurre algo?

-Nada- contestó, sentándose en su pupitre correspondiente.

No sabía si contárselo o no. Sabía que podía confiar en Saki pero no podía decirle que había salido con el profesor de Historia, e ido al museo junto a él. Dio la casualidad, que, efectivamente, Yami y Tikky eran amigos, además, Tikky con otra persona más, se encargaba de la organización de aquel museo. No podía negar que ayer se lo había pasado muy bien…demasiado. Lo recordaba, y una sonrisa se le escapaba de sus labios.

*Flashback*

Al salir del museo, y haber conocido al chico que su amiga Saki le había nombrado, comprobó que estaba lloviendo, y además, era ya de noche. Si tardaba más, su madre se preocuparía por él. Tikky, que estaba hablando con Yami, le dijo que ahora volvería, y se acercó a su alumno.

-¿No tienes paraguas?

-No, es que no sabía que lo iría a necesitar- contestó, con pesadumbre.- Da igual, iré caminando así.

Tikky negó con la cabeza.

-¿Dónde se encuentra tu casa?

-No muy lejos

Vio como Tikky cogía un paraguas colgado en la entrada del museo. Supuso que sería de él o de Yami. Lo abrió, y le indicó que se metiera con él. Lavi, un poco avergonzado, le hizo caso.

-Yami, volveré dentro de unos minutos

-Vale, yo mientras ya iré cerrando esto- le contestó el tricolor.

Salieron, caminando sin demasiada prisa, ya que sino, podían mojarse.

-Gracias por lo de hoy, Tikky-sensei- dijo Lavi.-Me ha ayudado en el trabajo, y además, me lleva hasta mi casa.

-No es nada- sonrió el profesor.-No estaría bien que te cogieras un constipado ¿no crees?

Lavi asintió.

-Perdone pero…¿el museo es suyo?

-No, pero soy importante en él- contestó.- Me encargo de que todo esté en orden, y de supervisar muchas cosas, sobre todos las visitas que se hacen y demás.

-Entones su casa está cerca

-Sí, es el apartamento de al lado, hace un año que ya estoy allí

-¿Un año?

-En mi vida he tenido que hacer muchos viajes…cosas del trabajo- aclaró Tikky.

-Siento hacerle estas preguntas, no debería- se disculpó Lavi al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

-Somos dos personas normales

-Pero yo soy su alumno y eso es…extraño

-En esta sociedad siempre existen unos criterios para decir lo que está bien o lo que está mal…pero la gente no es la que decide con quién debes estar o no, tú eres el que toma tus propias decisiones, sin importarte lo que piense los demás- explicó su profesor.

-No estaría mal, pero también existe la justicia- objetó.

Tikky en aquel momento, pareció meditar un momento, sin embargo, no dijo nada. De repente, un coche pasó, ocasionando que echase agua hacia dónde se encontraban ellos. Sin pensarlo dos veces, Lavi se interpuso, mojándose completamente la ropa. Tikky susurró una maldición dirigido para la persona que conducía el coche, y por un momento, Lavi intentó no reírse por la actitud de su profesor.

-Ese desgraciado te ha dejado completamente mojado- dijo, observándole.-Ahora parece que no podré evitar que te enfermes..no deberías haberlo hecho.

-¡Ne, no importa!- aseguró Lavi.-Así ya no me hace falta el paraguas.

Se separó de Tikky, y dejó que la lluvia cayese encima de él. Sonrió, ya que desde pequeño, le gustaba hacer eso, a pesar que después se llevase represalias de su madre…pero no le importaba. Se sorprendió al ver que el moreno le imitó, y cerró su paraguas, mojándose.

-Ya somos dos- dijo.-Ahora será igual de justo.

-Y yo que creía que no le gustaba la justicia- recordó el pelirrojo, por el silencio que había dado antes al hablar de ella.

-¿Con que lo has notado eh?

Y así, siguieron su camino.

*Fin del Flashback*

Rena, al llegar a su clase, vio que entraban una mesa nueva, y una silla. Se acercó a sus dos amigos, quienes miraban a los hombres que se encargaban de colocarla. Sora los miraba con curiosidad, mientras que Syaoran tenía un rostro distinto al de todos los días. En sus ojos marrones se veía preocupación.

-¿Qué ocurre?- preguntó Rena.

Syaoran no le contestó, pero su amiga sí.

-Va a venir una persona nueva a clase, viene de Hong Kong- contestó Sora.-Y la mesa y la silla la han traído de la clase de Bachillerato, probablemente de la de tu hermana.

-Vaya, qué extraño…- miró a Syaoran.-Parece que viene alguien más de Hong Kong, como tú.

-Sí…-contestó, sin darle mucha atención.

Rena miró a Sora, la cual encogió sus hombros, significando que ella tampoco sabía lo que le pasaba. Los hombres estaban a punto de irse, y se acercó a preguntarles:

-Perdonen…¿de dónde han traído esta silla y mesa?

-De Bachillerato, jovencita- contestó uno de ellos.-Y menos mal que su dueño no va a volver más.

-¿Su dueño?- no entendió.-¿De quién era?

-De un chico muy problemático, ese que no para de ir al despacho del director..- el hombre intentaba acordarse de su nombre.-George…¿cómo se llamaba?

-Tenía un nombre muy raro…ah sí ¡Snake!

Al oír ese nombre, la cara de Rena se descompuso. Algo en su interior se había parado de la impresión, y de repente….

Se sintió vacía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario